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Elsa Punset: “Vivimos con tendencia a lo negativo”

    Elsa Punset

    Tras un vídeo con la sugerencia de “¿te resistes al cambio?”, se encienden las luces del auditorio Abanca de la capital gallega y aparece sobre el escenario la divulgadora Elsa Punset para dar inicio a su charla “Propuestas para estos tiempos extraordinarios”.

    Las primeras palabras de Elsa Punset dejan claro que ha venido a hablar de la “perspectiva cotidiana” de la salud mental y lo que significa “ser humanos”. Enseguida conecta con el público a través de interacciones en las que, desde las gradas, se gritan nombres a modo de presentación o más de doscientas personas corean al unísono el cumpleaños feliz.

    La energía y vitalidad de Elsa Punset pronto se transfiere a un aforo casi completo. Un optimismo que choca con la evidencia que trata de compartir de que las personas “vivimos con tendencia a lo negativo”.

    Para demostrarlo no confía tanto en la verborrea como en los actos. Por ello, en el primero de los bloques, “Una mirada al mundo en el que vivimos”, hace una especie de examen tipo test al público sobre la actualidad del mundo.

    Cuestiones como la accesibilidad a la electricidad o la escolarización de las niñas en los países en situación de pobreza extrema entran en juego y las respuestas son, en su mayoría, más “negativas” de lo que luego refleja la realidad.

    Esa percepción a la que acompaña una “mochila de negatividad” se ve influenciada, según Elsa Punset, por la “velocidad del cambio” que obliga al siglo XXI a digerir sin remordimiento el equivalente a “20.000 años” de épocas anteriores.

    A continuación, Elsa Punset reta a los espectadores con su segundo bloque: “Conocer nuestro cerebro”. En él plantea “por qué nos cuesta tanto cambiar de hábitos”, a lo que apuesta como principal motivo lo “esclavos” que somos de nuestros cerebros, y el “costumbrismo” autómata que recubre al músculo pensante de nuestro organismo.

    Además, señala la divulgadora, “a medida que vamos creciendo miramos el futuro con miedo y recordamos el pasado con tristeza”. De ahí, ejemplifica que los niños sonríen de media “300 veces al día” mientras que los adultos nos estancamos en las “17”.

    Mejorar dicha cifra en la adultez no es tarea sencilla, según expone Punset, dado que también somos más propensos a que se nos quede “grabado lo negativo”, como palabras hirientes que algún día escuchamos en nuestra infancia, en comparación con lo “positivo”.

    Así pues, nuestra salud mental es dependiente de los vínculos e interacciones que establecemos como sociedad. Por ello, el tercero de los bloques “Descubrir el secreto de las buenas relaciones” es el que ayuda, detalla Punset, a “disparar la calidad” de nuestras vidas.

    Un disparo en muchas ocasiones al aire puesto que, como Punset matiza, las relaciones interpersonales “nos cuestan”.

    “Lenguaje no verbal, miradas y caricias”, comenta Punset, tienden a ser sepultadas por el muro de las palabras. Y en el terreno de lo romántico, recurre al estudio del psicólogo estadounidense John Gottman, para recordar que: “las parejas que logran expresar cinco veces más emociones positivas por cada emoción negativa duran más”.

    Del mismo modo, incide en los pequeños gestos que podemos regalar en “las interacciones con desconocidos” del día a día.

    En definitiva, salda una hora de reflexión sobre lo latente que está la negatividad en la mente humana con el rumbo hacia el cambio bajo la premisa de: “Lo que yo estoy haciendo ¿es bueno para el resto del mundo?”.

    Fuente: quepasamedia.com